Las Heras-Santa Cruz-República Argentina-----------------------------------------
1º Diario Digital

 

La Verdad encerrada tras las rejas

 

Hubo una vez un criador de cobayos, se ocupaba de sus animales con frecuencia y bastante dedicación. Era dueño de treinta de esos curiosos animalitos. Cierto día cuatro de ellos se portaron muy mal. Como castigo, el dueño decidió encerrarlos en una pequeña jaula que había comprado recientemente. La jaula estaba herrumbrada, tenía un solo bebedero, un solo comedero, una única rueda para jugar y nunca había sido limpiada.

El hombre los encerró y los dejó en un lugar bien apartado de los demás cobayos y no se ocupó más de ellos.
Al cabo de unas semanas volvió y se encontró con un cuadro desagradable. Los cuatro animalitos estaban muertos. Uno murió de sed, porque el agua no alcanzaba para todos. Dos de ellos se pelearon hasta morir por lo poco que quedaba de alimento. El último, murió de tristeza, no tenía espacio para jugar, ni suficiente comida, agua o sol.

Sin duda, usted dirá, ¡qué cruel es aquel hombre! Está encargado de darles a los cobayitos lo mejor y los dejó morir sin más. Pero casi nadie dice nada cuando los seres humanos van presos y cuando se producen montones de muertes dentro de las cárceles.

En un país democrático como el nuestro, el Estado está comprometido a brindar a los presos cárceles sanas y limpias, tener una defensa digna, un lugar donde puedan reformar su conducta delictiva y volver a ser ciudadanos de bien. Se debiera enseñar un oficio y respetárseles sus derechos, porque aún presos, siguen siendo seres humanos.
Basados en el hombre de nuestra historia, ¿podemos decir que todo lo que se promete y está amparado por la ley, se cumple en la realidad?

7/5/08-Puntarieles


 

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